[su_box title=»Conflictos de pareja» box_color=»#519691″]Nuestras ideas sobre el matrimonio se alimentan de películas, fantasías y conversaciones, mucho antes incluso de contraer matrimonio. La publicidad, el intercambio selectivo de fotos en las redes sociales, la realidad filtrada y las historias editadas nos hacen ver a través de unas gafas de color de rosa, mientras nos embarcamos en un viaje que está lejos de las fantasías. La mayoría de las veces, nos adentramos en el mundo del matrimonio, irónicamente, aturdidos por las expectativas de noches románticas, mañanas luminosas con el desayuno en la cama, familias que nos colman de bendiciones y nuestra vida perfumada de amor, lujuria y perfección. La presión de estas expectativas, impresiones e ideaciones interfiere significativamente en nuestras verdaderas relaciones de pareja. Las razones son sencillas. Por un lado, la realidad no se ajusta a nuestras expectativas bellamente guionizadas e ilustradas respecto a las personas, los lugares y las fiestas, y por otro, despreciamos a la causa de ese desamor, asumiendo invariablemente que es la pareja que rompió todos nuestros sueños.[/su_box]
Conflictos de pareja
Reconocer la diversidad y valorar su presencia
La fuerza de una relación reside en la aceptación, la comunicación abierta y la confianza. A menudo se mira la diversidad como una amenaza y rechazamos o criticamos cuando las personas son diferentes a nosotros. La aceptación de esta diversidad es el primer paso para asentar una base sólida para una relación sana. Suelo ir más allá diciendo que no nos detengamos en la aceptación. Valora la diversidad, las ideas, los pensamientos, las opiniones y las culturas únicas como factores de crecimiento para tu persona y tu pareja.
Deja de intentar cambiar a ella/él/los demás
La mayoría de las peleas que escucho tienen que ver con «quiero que él cambie» o «¿por qué ella no puede hacer esto de manera diferente?». Nuestra mente justifica perfectamente lo que queremos, haciéndonos persuadir y argumentar, creyendo firmemente que es para el bien de él o de ella, bueno para la familia, para la mejora de nuestras relaciones sociales, etc. Tomar conciencia de la voz interior de tu pareja y acogerla es el mayor vínculo que podemos perseguir. Cambiar o modificar a alguien comunica rechazo, desigualdad e insatisfacción con la forma de ser de tu pareja. Pensándolo bien, tus conflictos podrían surgir de las lecciones aprendidas de las fantasías escritas por un guionista de talento, ejecutadas por un director potente y promocionadas por un genio del marketing, que sólo pretendía entretener.
Lo que te frustra es tu percepción
El poder de las percepciones no tiene límites. Yo también confío mucho en esta práctica en mi vida personal. La liberación que supone no necesitar que otra persona te traiga la paz, y replantear las percepciones que te ayudan a generarla, reconocerla, hacerla nacer y alimentarla dentro de ti es el valor que deseo que la gente reconozca. Por desgracia, no es un valor que se consiga y se posea una sola vez, sino que necesita una convicción, una práctica y una restauración constantes. Motivarnos para percibir a nuestras parejas de manera que nos den satisfacción, elegir ver lo que es en lugar de lo que podría ser, respetar la realidad y no perseguir la ficción es una inversión que no decepciona en las relaciones.
Estoy tentado de marcar esta práctica como el trabajo de base más importante al que debemos aspirar nosotros, nuestra comunidad y nuestra raza si queremos vivir en paz y con compasión. Nuestro ego, orgullo y arrogancia se interponen en el camino de los placeres más sencillos y satisfactorios de la vida.
Centrarse en la superación personal y no en la del otro, estar dispuesto a decir «necesito crecer», y tener el valor de afirmar que «me corrijo», es la verdadera humildad. Mientras sigamos mirando con lupa al otro, no podremos deshacernos de nuestro orgullo. Tenemos que volvernos hacia dentro y trabajar para conseguir la mejor versión de nosotros mismos.
