Relación pareja sana
- Respeto a la intimidad y al espacio. No tienes que estar con tu pareja las 24 horas del día.
- Tu pareja te anima a pasar tiempo con tus amigos sin ella y a participar en actividades que te gustan.
- Te sientes cómodo expresando tus opiniones y preocupaciones a tu pareja.
- Te sientes físicamente segura y tu pareja no te obliga a tener relaciones sexuales o a hacer cosas que te hacen sentir incómoda.
- Tu pareja respeta tus deseos y sentimientos y podéis llegar a acuerdos y negociar cuando hay desacuerdos o conflictos.
La base de una relación sana incluye:
- Límites: Tú y tu pareja sois capaces de encontrar formas de satisfacer las necesidades del otro de manera que ambos os sintáis cómodos.
- Comunicación: Tú y tu pareja podéis compartir vuestros sentimientos, incluso cuando no estáis de acuerdo, de forma que la otra persona se sienta segura, escuchada y no juzgada.
- Confianza: Construir la confianza puede llevar tiempo y permite a las parejas ser vulnerables entre sí sabiendo que pueden confiar en la otra persona.
- Consentimiento: Más comúnmente utilizado cuando se es sexualmente activo, dar el consentimiento significa que estás de acuerdo con lo que está sucediendo, y que nadie te está obligando o culpando a hacer algo que no quieres hacer. El consentimiento puede darse y retirarse en cualquier momento, y darlo una vez no significa que automáticamente lo des en el futuro.
Por favor, ten en cuenta que en algunas relaciones abusivas, tratar de imponer los límites, la comunicación honesta, la confianza y otros comportamientos saludables podría poner en riesgo tu seguridad. Recuerde que el abuso tiene que ver con el poder y el control y que alguien que es abusivo puede no querer renunciar a su control sobre usted.
Confianza
La confianza es sin duda una de las características más importantes de una relación. Sin confianza, no hay una base sólida sobre la que construir la intimidad emocional, y tu potencial para salir herido -una y otra vez- crece cada vez más. Sin confianza, te sentirás constantemente inseguro de si puedes contar con tu pareja para que te apoye, y de si realmente quiere decir lo que está diciendo. Hay muchas maneras de construir y reconstruir la confianza dentro de una relación, pero si no estás en el camino de hacerlo, tu relación es bastante vulnerable al estrés y la incertidumbre.
Comunicación
Comunicarse de forma honesta y respetuosa, especialmente sobre las cosas difíciles, es algo que no se da de forma automática en todas las personas. Puede que hayamos aprendido a mantener las cosas incómodas bajo la superficie en aras de la armonía o la apariencia de perfección, o puede que ni siquiera hayamos aprendido a reconocer los sentimientos difíciles para nosotros mismos. Otros retos consisten en convertir un conflicto en una guerra total: carecer de la capacidad de no tomarse las cosas de forma exagerada o arremeter cuando nos sentimos amenazados. No pasa nada si tienes estas tendencias; lo importante es que las trabajes, ya que una comunicación fuerte y sana es la savia que nutre las buenas relaciones.
Paciencia
Nadie puede ser perfectamente paciente todo el tiempo, y factores como la falta de sueño, el estrés o los problemas de salud física harán que te agites con más facilidad en varios momentos de tu vida; eso forma parte del ser humano. Pero los miembros de una relación sana y afectuosa se conceden mutuamente un denominador común básico de paciencia que permite la paz, la flexibilidad y el apoyo cuando una persona tiene un mal día o no está en su mejor momento. Cuando los miembros de la pareja son crónicamente impacientes con el otro, suelen crear una dinámica de recuento y resentimiento, en la que acumulan mentalmente las «ofensas» que el otro ha cometido. Ser capaz de ajustarse a los flujos y reflujos de los estados de ánimo de la pareja en el día a día -dentro de lo razonable- puede permitir un sentimiento de amor incondicional.